Hace poco se cumplió el 41 aniversario de la realización de esta película que catapultó a sus protagonistas al estrellato y sirvió de detonante del boom de la salsa durante los 70...
En la década de los sesenta se cruzaron muchas tendencias musicales fruto de una efervescencia creativa nunca superada. Propiciado por el éxodo masivo de cubanos a Nueva York, tuvo lugar uno de los encuentros más fructíferos y fascinantes, en cuanto a ritmos bailables se refiere, que jamás se hayan producido: el de los ritmos afrocubanos y puertorriqueños tradicionales con el soul, el jazz y el rhythm and blues, semilla del boogaloo y el latin soul. En un proceso de contaminación mutua, los músicos anglosajones de jazz, prendados de los ritmos calientes, fichan a percusionistas latinos como Ray Barreto o Cándido Camero, mientras que los Nuyoricans (los puertorriqueños afincados en Harlem) crean su propia industria paralela con los sellos Fania, Cotique o Tico, donde plastifican el sonido vibrante y contagioso de gente como Machito, Chano Pozo, Arsenio Rodríguez, Joe Bataan, Eddie Palmieri y otras luminarias de ‘El Barrio’....
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